Sinfonietta para profesor y funcionario no docente


(Este cuento pertenece al libro CREPUSCULO DE LOS CAUTIVOS)

Me encuentro en este cuento, con la sorpresa de poder adjudicarle al escritor Guillermo Lopetegui un “valor agregado” a su obra; la Literatura Fantástica.

Valor absolutamente ratificado y con creces.

El cuento “Sinfonietta para profesor y funcionario no docente”; pertenece ineludiblemente al género de la literatura fantástica. “Sinfonietta…” dispara vuelos a los cuales, nada Rad Bradbury debería envidiar.

Distintos universos encerrados en un “Gran Universo”; revelados a través del diálogo de dos personajes insignificantes, oscuros, y opuestos, que llevan una existencia de hastío y vacío.
Este recurso es impecable para activar La Trama. Surgen conceptos existenciales, la prosa de Lopetegui tiene mucho de existencialista. Escenas en donde los personajes dependen absolutamente de sí mismos, y serán responsables de sus decisiones, estando solos en el angustiante proceso de tomarlas, efecto totalmente contrario a “Dudar … sólo cuando me venga en gana”, cita del rumano Emile Ciorán.

Lopetegui logra combinar con una perfección implacable lo anterior, con el hecho inversamente proporcional de que a través de las palabras de un personaje, y los conocimientos musicales del otro se va conformando un Destino: se va “gestando una partitura” a través de un profesor que dirige sin instrumentos, llegando a armar (o no) el final desaparecido de la misma, según el diálogo del otro personaje. Esta idea es absolutamente original, y muy jugada. Hay que volarse “allá arriba” y lograr un nivel de abstracción brutal, para comprender un Todo (el mensaje primigenio), pero que contiene mensajes diversos, y todos y cada uno de ellos dados por lo absolutamente fantástico, un edificio abandonado, en donde hay un frasco en que existe un ojo.

El misterio del desenlace tiene al lector atrapado desde el principio al fin, a partir de dos personas oscuras y que de algún modo pasan desapercibidos, pero de repente la interacción de ellos se gesta, y sin que el lector lo avizore, surge un universo absolutamente fantástico, tenebroso por momentos, en el cual puede suceder… “cualquier cosa”.

En resumen este cuento plantea miles de disparadores hacia distintas puntas de la vida misma: La Duda ante la responsabilidad por las propias decisiones, la historia que va trascendiendo a través de objetos olvidados, hasta encontrar una sinfonía que le faltan las últimas páginas. Lo “que falta”, es representativo de silencios, palabras no dichas, y pieza fundamental; uno de los personajes con conocimientos musicales, puede lograr construir a través del otro, que habla; sin conocimientos musicales, obviamente.

Lopetegui me sorprendió, porque si bien su prosa siempre contenía una pizca de fantasía, existían lugares comunes, como el mar, el río, las gaviotas, las mujeres misteriosas y las playas.
Mas esta Sinfonietta es absolutamente fantástica. Sin embargo, tanto el principio como el fin, bajan a tierra. La historia comienza relatando un día igual a muchos otros días sin sorpresas ni alegrías, y termina, también relatando el final de ese mismo día. Pero entre principio y fin reales y tangibles, se dispara intempestivamente la fantasía, con elementos que atrapan al lector desde la primera letra hasta el punto final.

Este cuento tiene por momentos cosas muy “Bradbury”, el desenlace se va desvelando a partir de los objetos y conceptos que aparecen, y la originalísima idea de la música pero “sin música”, dada a través de tempos, pero no de notas, notas imaginadas, pero no sonoras.

Lo más fascinante es la conjugación de lo fantástico y lo existencial, un misterio que mantiene al lector enganchado hasta la última palabra, y se va naciendo preguntas ontológicas; “¿qué sucederá aquí?” “¿aparecerá un dios que elevará a los protagonistas a la eternidad?”

Pero además, Lopetegui, en medio del entramado se da el lujo de describir con magistral detalle, instrumentos de época, conceptos musicales, sin aburrir de modo alguno al lector, recurso nada fácil de lograr.

Absolutamente recomendable, tan vigente hoy como hace diez años, fecha en la cual fue escrito este cuento también va insertando al lector en el armado de un rompecabezas, que por momentos queda un tanto sorprendido y detenido, porque no sabe qué pieza elegir, pero el relato mismo, se encarga de darle las pistas, para ir tejiendo la trama.

A/P Anna Donner Rybak

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